7 de mayo de 2007
Hersbruck, Jena, Berlín, de atrás adelante (1)
3ª Estación
Volviendo de Berlín en avión, tras pasar una más que interesante estancia en Alemania, fui testigo de cómo la azafata cobraba 85,90 € por cátering a bordo a mi pasajero vecino, una fila más delante. "Son ustedes muchos, repáselo si quiere y me llama", decía la azafata, visiblemente abrumada, al entregarle el ticket a mi vecino. Sonó vergonzante a pesar de las turbulencias, el hilo musical y los balbuceos del bebé correspondiente.
El pasajero era ese tío rico, soltero añoso, tullido para más señas, que costeaba a sus múltiples sobrinos, hermanos, cuñados y protegidos todos, caprichos diversos en ruta: sándwiches de Ferrán Adrià embolsados por Iberia de a 8€, chocolatinas americanas de tamaño europeo y tarifa transoceánica, cocacolas de menos cl. de los que caben en lata estándar al doble de precio que la botella de dos litros. Haciendo mentalmente cuentas mientras visualizaba a todos los sobrinos (de nombres como Paulina y Natalio, nombres que uno solo pone a sus hijos si tienen su futuro garantizado por otro lado), el tío rico llevaba dinero encima, en metálico; así que pagó, si bien con la sonrisa un tanto torcida. Yo sin embargo me dejé todo él en regalos, y eso que no tenía la excusa de tener que gastar la moneda extranjera. De modo que los cuatro eurillos que me sobraban antes de subir al avión me los fundí en un brezel de esos con pipas por fuera, y mucha mantequilla, queso y huevo por dentro, y lechuga saliendo por todos lados. Lo desenvolví a bordo y me dieron ganas de enseñárselo a mi vecino pasajero, por rico, por pringado y por volar en Iberia clase turista llevando 100 € en el bolsillo como calderilla, pero me contuve.

Berlín en solitario es una experiencia coja. Tanta grandeza -en el sentido estricto aplicable a cada edificación pública o privada- e Historia saltando en cada esquina, del tipo básico no te olvides de la historia, es inabordable para un solo cerebro paseante. Necesitaba comentarlo con alguien. De tal modo que opté, por eso y porque traía una paliza considerable de las anteriores estaciones del viaje, por requerir los servicios de un bicitaxista más bien parco en palabras, que me cobró un precio de artesanía occidental por trasladarme a Checkpoint Charlie, girando por plazas máximamente grandiosas y vuelta a la Puerta de Brandenburgo. Creo que me está bien empleado por paleta.

La tengo, por supuesto, la foto del bicitaxista. Una cuando ejerce de turista lo hace hasta las últimas consecuencias. Pero os la ahorro.


Es curioso, solo he estado dos veces en Berlín y en ambas me lo he pateado sola. Y tengo que decir con orgullo que tampoco me he perdido, a pesar de que debía de tener cara de eso, de no saber muy bien por dónde me andaba, cuando llegando al andén del metro, un detector de personas perdidas (con gorra del S-Bahn Berlin GmbH) me alcanzó un plano de transportes que, a propósito, se parece mucho al nuevo de Madrid. He de decir que soy persona previsora y ya tenía uno, pero este era mucho más grande, lo cual es siempre de agradecer.

Berlín, ciudad amable, trata bien a todos los turistas, sean de la nacionalidad, raza o incluso especie que sea: veáse a estos patos paseando entre los coches por la Plaza del 18 de Marzo; nadie osa indicarles el lago más cercano.



Yo sí intenté convencer a los patos de que se echaran a volar, por eso de sacar una foto original de la Puerta de Brandenburgo. Pero me miraron raro -los otros turistas, no los patos- y desistí. En su lugar, tengo esta otra, que, bueno, siempre es mejor que traerse una postal.


Voy a dejar por fin también constancia en un par de fotos de que

a) Madrid, no, no es la única ciudad en obras

y b) En Berlín tampoco hay playa.




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Lo pensó A. a las 18:06 | Enlace a la entrada |


2 Comentarios:


  • At 1:10 a. m., Anonymous Anónimo

    Sublime Berlín, Salve. Cómo lamento no haber sido tu bicitaxista (tu puntotaxista), pero yo venía a luchar contra los ingleses, no contra los elementos. En fin, permíteme dos tesis:

    1ª Tesis. Aviones y aeropuertos son los no-lugares de nuestro tiempo, donde las culturas se entrecruzan y se detienen (incluso se olisquean como perros callejeros). ¡Que maravilloso laboratorio para interculturalistas! (Reconozco que la tesis se la he robado a Augè, pero no creo que a él le haga falta, sólo por este ratito).

    2ª Tesis. Los “Bloggers” miráis, encuadráis, fotografiáis pensando en el “post”. En ese “post” tan molón que os va a quedar. Genial. ¿O me equivoco?

    Besos del

    Exiliado.

     
  • At 11:53 a. m., Blogger A.

    Nonono, lo de las fotos no es verdad! No pensaba de hecho poner más que una, pero luego me animé. Ha quedado como un catálogo de Viajes Corte Inglés pero en fin...

    Un besote!