8 de marzo de 2007
Posibilidades audiovisuales
Al igual que en todas las emisoras de televisión, digitales o analógicas, hay un canal temático donde siempre hay gente fornicando, debería haber otros canales dedicados al resto de las funciones metabólicas imprescindibles para el ser humano. Por ejemplo, un canal donde siempre se contemplara a la gente durmiendo. En un banco de un parque público. Entre sábanas de raso. Bajo edredones nórdicos. En otro, gente comiendo, desayunando, cenando y merendando en las más variadas posturas, situaciones y compañías. Uno más para la también necesaria función consecuencia última de la actividad del canal anterior. Gente cagando y/o meando, vamos. En urinarios públicos, en suntuosos wc de hoteles de cinco estrellas. Detrás de un árbol. Encuentro estas otras tres funciones absolutamente necesarias para la vida tan merecedoras de un canal temático en retransmisión como la ya explotada. Pongamos que desplazarse, pelearse, cantar en la ducha sean también comunes, intrínsecas al ser humano, generalizadas en cualquier tipo de población. Sí. Pero no son imprescindibles, no desde luego como fornicar, comer, defecar, dormir. Sin las tres últimas, sencillamente te mueres. Posiblemente no mueras si no fornicas, pero nadie, exceptuando cultos extremos, se muere sin fornicar, eso está claro. Al menos, sin desear hacerlo.

¿Por qué no tenemos canales temáticos dedicados a esas otras funciones? ¿Tal vez porque el sexo tiene, además de su carácter necesario al ser humano, un carácter más marcadamente lúdico, placentero? No me vale. ¿Dónde queda la cocina creativa? Puro juego gastronómico. Y ¿hay mayor placer que degustar un buen chocolate, una tierna paletilla de cordero, un croissant relleno de ensaladilla? Pocos. ¿Se atreve alguien a afirmar que no proporciona placer una pequeña siesta?

Una de las ventajas de los canales temáticos dedicados a comer, dormir y -fíjense-, aliviarse, sería que no tendrían por qué ser etiquetados como “de adultos”, a menos que claro, todos los placeres intensos tengan que ser etiquetados como “de adultos”. Pronto oigo argumentar, el canal dedicado a evacuar tendría que llevar alguna clase de etiqueta, tipo de mal gusto. Bueh. Comer, excretar, parte de un mismo proceso. Solo se diferencian en que el segundo huele mal y el primero huele exquisitamente. Creo que ahí puede radicar el prestigio de la primera.
Estos nuevos canales podrían ser canales de pago, como los canales porno. Uno quiere, desea o necesita ver a gente durmiendo, tal vez para animarse él mismo a dormir. Se pone el canal dormida feliz y listo. Exactamente igual que uno se pone a ver gente follando para que al observar a gente diversa desarrollando esta función orgánica, se desarrollen las ganas, la actitud de ponerse a practicar, bien con uno mismo, bien multiusuario. Así, los canales temáticos dedicados a comer podrían ser utilizados por las madres desesperadas para hacer que sus hijos desganados comieran. En los hospitales psiquiátricos podrían ser una herramienta de terapia más contra la anorexia y en muchos restaurantes sustituirían con éxito al consabido partido de fútbol o al inadecuado canal musical. Tal vez los canales temáticos dedicados a hacer de cuerpo fueran una seria competencia para supositorios Rovi y nuevamente se utilizaran en consultas médicas y en el ámbito familiar y educativo.
Porque todo, vamos a ver, es tema de sugestión comunicativa y visual. Si actualmente vemos a gente follando, queremos follar. Un poco por costumbre. Otro poco por lógica silogística también. A) existe una necesidad metabólico-festivo-sexual intrínseca a todo ser humano. B) los humanos se contagian entre sí prácticamente todo. C) establezcamos el canal de contagio: el canal temático de contagio. Evidente, ¿no?
Del mismo modo podría darse, como habitual, si vemos a gente comiendo, nos entra hambre. Si observamos a gente dormida, se nos abre la boca en un bostezo.

¿Cómo nadie ha explorado estas posibilidades audiovisuales todavía?

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