26 de diciembre de 2008
Cae 2008

Nochevieja. Con invitados y sin saber qué exquisitez preparar. Tengo la impresión de que a la gente la educan contra determinados sabores. Por ejemplo, viene Lino y no voy a poder poner pescado al horno: alguien que adora contar lo del terremoto de Sichuan y el accidente de Spanair necesita como mínimo un sabor tipo rosbif poco hecho. También están Sara y su incontinente novio, que cada vez que sale el tema político (la virgen no quiera) nos recuerda el escaño de Rosa Díez, la pertinaz lucha contra ETA y otros triunfos democráticos: ellos son de pavo relleno. Además se presenta Rainer, marisco olvídalo, los germanos prefieren detallar el caso del secuestrador austriaco antes que pelar cabezas de langostino. En todo caso voy a cocinar producto nacional, porque invito a Cecilia de estrella y desde la melamina de los chinos no cata nada que proceda más allá del mercado Maravillas. No lo tengo fácil tampoco con Alberto, impenitente aficionado al fútbol, se cenaría un par de huevos fritos si eso le dejara más tiempo para relatar -otra vez- la victoria de España en Eurocopa; igual se le une Pedro, pone los ojos en blanco con el sufrimiento de Nadal en Wimbledon y me toca retirar las copas caras de su lado. Afortunadamente Cris prueba de todo, aunque se pone a oscarizar los platos: desde lo de Bardem ha empeorado, capaz que Manu le dé un grito. Espero que él no cuente el chiste de que caerá un meteorito a la tierra, que en todas las pelis de meteoritos el presidente es negro, ya cansa. Porque solo se ríe Lourdes, nuestra miembra por excelencia, que querrá hablar de Angelina y Brad o lo que dicen que dice la reina. Al menos con ella tengo asegurado que alguien pruebe mi dulce de leche.

Yo, francamente en crisis, solo aspiro a lamentarme con Carlota, de lágrima fácil también, por haber perdido a Azcona, Newman, Pollack y Minghella. Así nadie nota que en realidad lloro porque me han aplicado un ERE tras trece años entregados. A ver si Google y su Chrome registran este luctuoso suceso, yo gimoteando y sin ganas de comer polvorones, con lo que me gustan.

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Lo pensó A. a las 23:01 | Enlace a la entrada | 5 Comentarios
24 de diciembre de 2008
Propiedades del apio

Siempre se me olvida decirle que haga una pequeña lista antes de ir a la compra. Bah, nada, que ponga, carne, pollo, leche, huevos, fruta, vamos, lo normal, pero que lo lleve escrito, que no se salga de ahí. Que si le da por mirar la estantería de latas por dios, que no me acabe trayendo la codorniz en salsa extremeña, ni los calamares rellenos de pata de calamar, que se quedan ahí, en la estantería, que luego nunca los saca cuando hay que sacarlos y me los como yo en un ataque de ansiedad. Tengo que decirle que sea creativo comprando verdura, que si siempre trae judías verdes y tomates de ensalada, así no vamos a ninguna parte. A las ensaladas se les puede echar de todo, apio por ejemplo, el apio tiene un montón de propiedades y sabe muy rico, lo decía Simone Ortega, qué gracia, que si ponías un corazón de apio en la ensaladera eso daba muy buen sabor. Un corazón de apio. O apio en rama, sí, o que se traiga apio en rama, o hinojo, o que le pongamos pavo en trocitos, las ensaladas, con una ensalada ya está hecha una cena, todo depende de lo que pongas. Más verduras, a ver, las coles, a mí me gusta una nueva que seguro que es una mutación, se llama romanescu, es una mezcla de coliflor y brécol, ¿sabes cuál te digo? Es como piramidal, de un color verde claro tan bonito… casi da pena comérsela. Pues eso, más verduras, o crema de calabacín, ¿qué tal una crema de calabacín? No hay por qué añadirle mucha patata, la patata pues ya se sabe, pero qué tal un poco de puré de patatas en polvo, junto con los quesitos, eso mi madre lo pone y queda estupendo. Tampoco se trata de pasarlo mal, vamos a ver.

Carolina reflexiona. Asiente, convencida. Deja la lista escrita con rotulador de purpurina bien visible en la nevera, con un imán. Después se pone a recoger los platos. Más tarde vuelve a la nevera. Tacha lo del apio.

Vale, pues sin apio. Total, de verdad que odio el apio. Tanto como odio tener que vivir sola.

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Lo pensó A. a las 12:39 | Enlace a la entrada | 4 Comentarios
16 de diciembre de 2008
Rabia
La rabia es un impulso poderoso. La rabia genera una energía que no vale la pena descartar. Canalizar esa energía de manera adecuada es lo más práctico, porque esa energía, que como bien se sabe no se destruye, puede explotar de otra manera y en el peor momento. Así que lo mejor que se puede hacer con la rabia es sacarla fuera.
Cuando uno decide sacar su rabia de las mismísimas entrañas donde la tiene bien pertrechada, de donde nunca se ha atrevido a dejarla salir, lo ha de hacer con todas sus consecuencias, sin calibrar. A ser posible sin dejar notar que queda un resquicio de debilidad o vacilación.
La rabia contenida es cancerígena. La rabia contenida anula. Nos impide pensar con claridad. La rabia que se canaliza en forma de acción como mínimo nos puede hacer reflexionar. Aunque sea a posteriori. Al menos, no habremos caido en el tremendo error de contenerla, comprimirla e ignorarla.

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Lo pensó A. a las 10:18 | Enlace a la entrada | 0 Comentarios
10 de diciembre de 2008
Hoy
 comienza todo.

Tras mucho tiempo creyéndome ser lo que no soy.
Tras mucho tiempo apostando por ocupaciones equivocadas.
Tras mucho tiempo lamentando suertes siniestras, hoy, por fin, me decido a aprovecharme del todo.
Se acabó la lingüística-ficción. Se acabó el mundo académico y se acabaron los horarios absurdamente improductivos. Se acabó rendir cuentas a quien le importan un bledo las cuentas. Se acabó la sensación de ser inútil a quien desea de todos modos ser inútil, ser solo bonito, ser solo una marca de calidad. ¿Calidad? Miserable, inactiva, ilusoria. Desfasada, condenada a engullirse a sí misma. Adiós, RAE, adiós. Adiós años perdidos. No os voy a echar de menos.

Empieza la verdadera actualidad. Empieza el análisis productivo y empieza a la vez el disfrute. Empieza el control. La búsqueda empieza también. La búsqueda inmensa con ilusión y ganas de sacarse lo mejor de una misma. Algún talento tendremos por ahí escondido.

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Lo pensó A. a las 18:13 | Enlace a la entrada | 3 Comentarios